Un proceso inflamatorio crónico puede facilitar la progresión del cáncer.
Existe gran cantidad de estudios que otorgan a las sustancias anti-inflamatorias, ya sean de origen natural (infinidad de hierbas, vegetales y verduras, frutas, aceites omega 3) ó en forma de fármacos, como la aspirina, NSAID (drogas no esteroideas, como por ejemplo el Ibuprofen), un papel anticanceroso en el organismo.
Se de la veracidad de estos estudios puesto que he realizado investigaciones acerca del papel de ciertas sustancias pro-inflamatorias (factor de necrosis tumoral alfa (TNF alfa), interleucina 6 (IL-6), óxido nítrico y sus efectos en nuestro organismo, y de que manera ciertos compuestos anti-inflamatorios pueden contener el progreso de tumores y metástasis.
Las sustancias pro-inflamatorias son un mecanismo normal de defensa ante una agresión externa (virus, parásitos, bacterias, toxinas), pero se complica cuando este tipo de respuesta inmunitaria se vuelve crónica.
Durante el proceso de inflamación ocurre la liberación de muchos factores, entre ellas las llamadas citocinas (anteriormente llamadas citoquinas), la cual es una red muy compleja y que requiere de un equilibrio muy exacto, y muchas veces las células cancerosas se aprovechan de toda esta situación para causar caos y diseminarse por todo el organismo.
Más adelante les comentaré acerca de los estudios que realizamos en el IVIC (Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas) con respecto a este apasionante tema.
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